Sunday, January 26, 2014

Alumbramiento.

Antes de leer la siguiente reflexión es interesante que veas el siguiente corto que dura tan sólo 16 minutos. No te dejará indiferente.


Alumbramiento. Eduardo Chapero-Jackson.

Agonía: angustia y congoja del moribundo; estado que precede a la muerte.

Esta es la primera definición que aparece en el DRAE si se busca la palabra agonía. Existen otras acepciones que definen procesos vitales no relacionados con la muerte, pero esa es la primera.

Se podría asumir, y bajo esta premisa funciona la RAE, que el lenguaje es un reflejo de la sociedad en la que vivimos. Es por ello, que incluye palabras en función del uso que la población le dé y en el sentido que ésta le dé.

Pues si analizamos la frase con la que iniciaba esta reflexión podemos estar bien tristes de la concepción que tenemos actualmente en nuestra sociedad (y creo que se podría englobar a todo Occidente) de la muerte.
Lo único que sabemos cuando nacemos es que vamos a morir; todo lo demás es una incógnita, y la única certeza que tenemos, es la que más pavor nos da.

La angustia y la congoja no deberían ser la regla general que preceda a la muerte, y mucho menos en una sociedad en la que ésta se produce fuera de casa, en el hospital, rodeados de personas que se enfrentan a ella cada día y que al menos sobre el papel, deberían estar preparadas para metabolizarla de una manera sana. Tal vez sí en aquellas ocasiones en las que viene de manera repentina, en las que por el motivo que sea, es imposible evitar ese sufrimiento. Pero casi nunca en aquellos fallecimientos que vienen con un pronóstico de lejos.

El fracaso del médico no es que el paciente muera (salvo excepciones como el error médico), sino que lo haga sufriendo, ya sea física, o metafísicamente. Quizás la primera tenga más fácil solución, pero la segunda es igual o más importante aún.

En este documental se refleja muy bien ese miedo a la muerte por parte de los familiares, y es esto lo que tanto hace padecer a la protagonista a quien lo único que consigue aliviarle el dolor que sentía es la seguridad de una muerte cercana.

A priori, creo no tener miedo a la muerte, sin embargo, me espanta la idea de que pueda ser consciente de un sufrimiento previo, del tipo que sea.

Quisiera tener la seguridad como futuro profesional que sabré tratar la angustia siempre que sea posible. Creo en el derecho a morir, que pertenece a cada persona. Tranquilo, cuando uno considere que ha llegado su hora y esté en paz con la vida (siempre que sea posible).