Monday, August 29, 2016

Una última canción

Ya que vinimos y fuimos
vámonos pronto sin miedo
cada uno a su vida,
sin ningún tipo de lamento.

Cojo un par de sueños que me dejé
andan marchitos entre tus sábanas
voy a olvidarme de que esperé
tú por favor guarda en secreto mis canas.

Un día de espejismo, quizás de más,
la suerte del principiante
maldita pasajera con aires de sirena
aún no aprendí tus maneras.
Esa gula desmedida de alegría
esa sonrisa tonta con la maleta lista
esperando el tren de vuelta que te traía
dónde sólo encontré humo y ceniza.
Quizás sea la tradición que acecha
impaciente en cada esquina
demasiadas veces disfrazada
con aire fresco y manto de alegría.

Gasté mis peros y mis excusas
ya tengo las cajas embaladas
listas para dar tumbos de ciudad en bar
hasta el próximo espejismo.

Sin embargo, vieja amiga,
démonos un último placer
saca ese alivio tuyo del fondo
que ya tengo la guitarra y cerveza fría.
Que se una tu amigo,
que mira desde la lejanía
tú marcas el compás como solías
yo te sigo, un último viaje.

Sale el sol y el día llama,
me retiro, con una sonrisa
la ironía del sirviente
hasta siempre, de mi pluma.