Veo cómo el
mundo se desmorona a mi alrededor
y no puedo hacer nada.
La gente ha
entrado en un estado de nerviosismo crónico mal enfocado que tiene por fin
acabar con sus vidas.
Y sin
embargo, si hablo con alguien de esto el loco seré yo.
Oigo gente
gritándose por las esquinas porque no han hecho esa llamada importante o porque
están demasiado cansados para prestarse atención el uno al otro. Se agobian
porque no llegan a la tienda para hacer la compra o porque no controlan los
tres millones de detalles de esa reunión, que es mero trámite, pero que forma
parte de algo tan crucial como es su trabajo.
Y yo, que
sereno y tranquilo vago por la vida, seré el que está loco.
Veo cómo se
maquillan, se anudan la corbata mil y una veces, se peinan, se pintan, se prueban
cientos de americanas, revisan el bigote, el entrecejo, los oídos, los zapatos… Todo
para conquistar el mundo con una foto retocada.
Y yo, que me
fijo en su soledad… El loco, el loco seré yo.
Si consigo que
esto llegue a alguien y diga: “¡Qué gran verdad!”.
Entonces
todo cambiará... No seré yo el loco, lo seremos los dos.
6 comments:
Confío en que seamos más de dos... Tus entradas inspiran reflexión!
keep writing! 1 abrazo Borja de la Madrid
Gracias, a ambos :)
Se cumplen diez años ya desde que vi el primer partido de nba comentado por su papá.
Mi papi me puso el video con un habano en los labios y un brillo en la mirada como cuando me dio a ver Casablanca o Citizen Kane. Contaba entre fumadas que se podía ser cuerdo de atar y desentonar en un mundo elitista y conservador y llegar a lo más alto de tu profesión sin necesidad de traicionar tu personalidad.
A mis quince años quedé marcada por un señor morochito con la cabeza pelada, lentes redondas, ropas vistosas y pajarita, que hacía que casi me olvidara que se trataba tan solo de un partido de baloncesto y que me transportaba a un mundo parecido al de los cuentos que mi papá me cantaba en susurros cuando de pequeñita me invitaba a dormir. Era un partido de los Bulls en cinta betamax que por supuesto conservo y que habré visto más de cien veces.
Es mentira que veinte años no es nada,
es mentira que parece que fue ayer
y que no se me empañe la mirada.
Es mentira que veinte años no es nada,
y tampoco diez..
Ginebra
Me ha encantado este comentario, por doble motivo vaya, uno por lo que es evidente, dos porque ilustra perfectamente lo que quería expresar. Sabio hombre tu padre, y veo que algo te ha transmitido :)
Pienso igual que tú, ni imaginas. Me ha llenado de vida leerte.
Post a Comment