Wednesday, June 20, 2012

¿Loco o locos? Esa es la cuestión.


Veo cómo el mundo se desmorona a mi alrededor  y no puedo hacer nada.
La gente ha entrado en un estado de nerviosismo crónico mal enfocado que tiene por fin acabar con sus vidas.
Y sin embargo, si hablo con alguien de esto el loco seré yo.

Oigo gente gritándose por las esquinas porque no han hecho esa llamada importante o porque están demasiado cansados para prestarse atención el uno al otro. Se agobian porque no llegan a la tienda para hacer la compra o porque no controlan los tres millones de detalles de esa reunión, que es mero trámite, pero que forma parte de algo tan crucial como es su trabajo.
Y yo, que sereno y tranquilo vago por la vida, seré el que está loco.

Veo cómo se maquillan, se anudan la corbata mil y una veces, se peinan, se pintan, se prueban cientos de americanas, revisan el bigote, el entrecejo, los oídos, los zapatos… Todo para conquistar el mundo con una foto retocada.
Y yo, que me fijo en su soledad… El loco, el loco seré yo.

Si consigo que esto llegue a alguien y diga: “¡Qué gran verdad!”.
Entonces todo cambiará... No seré yo el loco, lo seremos los dos.

6 comments:

ElExarcadeKyoto said...

Confío en que seamos más de dos... Tus entradas inspiran reflexión!

Tricky said...

keep writing! 1 abrazo Borja de la Madrid

NelsonMonPi said...

Gracias, a ambos :)

Anonymous said...

Se cumplen diez años ya desde que vi el primer partido de nba comentado por su papá.

Mi papi me puso el video con un habano en los labios y un brillo en la mirada como cuando me dio a ver Casablanca o Citizen Kane. Contaba entre fumadas que se podía ser cuerdo de atar y desentonar en un mundo elitista y conservador y llegar a lo más alto de tu profesión sin necesidad de traicionar tu personalidad.

A mis quince años quedé marcada por un señor morochito con la cabeza pelada, lentes redondas, ropas vistosas y pajarita, que hacía que casi me olvidara que se trataba tan solo de un partido de baloncesto y que me transportaba a un mundo parecido al de los cuentos que mi papá me cantaba en susurros cuando de pequeñita me invitaba a dormir. Era un partido de los Bulls en cinta betamax que por supuesto conservo y que habré visto más de cien veces.


Es mentira que veinte años no es nada,
es mentira que parece que fue ayer
y que no se me empañe la mirada.
Es mentira que veinte años no es nada,
y tampoco diez..


Ginebra

NelsonMonPi said...

Me ha encantado este comentario, por doble motivo vaya, uno por lo que es evidente, dos porque ilustra perfectamente lo que quería expresar. Sabio hombre tu padre, y veo que algo te ha transmitido :)

Grenouille said...

Pienso igual que tú, ni imaginas. Me ha llenado de vida leerte.

Post a Comment