como canción de alegría
y entre tus cuerdas delicadas
dibujé colores en el aire;
en los espacios de un pentagrama,
sin más expectativas que tú y yo.
Pero mis canas ya arraizadas
envenenaron tu canción
con notas tristes y solitarias.
Amargos sabor salado,
fui creando tonos que me recordaban
las inecuaciones de la música.
En forma de sonata,
cálida y fría,
cruel y cariñosa,
rápida y ligera,
casi imperceptible,
pero viva, muy viva.
Al final de este viaje
cojo la carretera de nuevo.
Siempre nómada, vagabundo sin destino.
Sólo con mi guitarra y un lápiz
y una libreta con miedo
a dibujar otro pentagrama distinto.
0 comments:
Post a Comment