Hoy vuelvo a coger mi pluma
inspirado por la luna
que me mira desde las alturas
y me abruma.
Me recuerda aquellos días
huyendo de policías.
Dando clases de sexología
atrapados en la utopía
de un futuro en el que tus ojos prometían
una vida llena de fantasía.
Pienso en esas tardes con cariño
mientras hablabas de niños
viajando, haciendo nuestro el camino
y yo creía que eso era un suicidio.
Lástima que nada fuese cierto
tan sólo un sueño de incienso
que quemé dando vueltas en mi lecho
con tu indiferencia observando desde el
techo.
Y es que prefiero amar que ser amado,
pensarme en tu regazo,
que el dolor regale su abrazo
mientras resbala mi llanto…
A que eso de sentir pase al olvido
a que me quieras y yo no sienta lo mismo
a tener que hacer bromas contigo.
Aunque lo bueno es que para amarte, no te
necesito.
Hoy por fin consigo mirar atrás
sintiendo que voy a más
conociendo la victoria de soñar
provocando que me miren mal.
Pero así es la vida, siempre he sido raro
nunca me sentí aceptado
y ni mi engaño ni me extraño
así la vida me ha educado
puño izquierdo bien alto
sin seguir nunca al rebaño.
Te recuerdo cantando
poemas de Antonio Machado
guiándome sincera a tu lado
con paciencia y sin enfados.
Disfrutando de ser insumisa
cambiando el amor a feminista,
mi bandera, tu sonrisa
la única por la que mataría.
Lástima que nada fuese cierto
tan sólo un sueño de incienso
que quemé dando vueltas en mi lecho
con tu indiferencia observando desde el
techo.
Y es que prefiero amar que ser amado,
pensarme en tu regazo,
que el dolor regale su abrazo
mientras resbala mi llanto…
A que eso de sentir pase al olvido
a que me quieras y yo no sienta lo mismo
a tener que hacer bromas contigo.
Aunque lo bueno es que para amarte, no te
necesito.
Y tranquila que aunque nada fuese cierto
lo que me inspiraste aún lo conservo
sabiendo de la importancia del respeto
hacia algo tan único como el recuerdo
de lo que me hizo pensar en ser perfecto.
Y por supuesto, lo confieso: sí, te
quiero.