Friday, January 16, 2015

Escenas Cotidianas II

No es una gran historia, ni algo que pasar a los amigos, soy sólo yo por el placer de escribir, de que me leáis, hablando de cosas que me pasan.
Hoy me he levantado tarde y cansado, no he podido cumplir con mis obligaciones como estudiante, y de camino a la ducha como enfadado con el mundo, el mundo me ha dicho que aún podía hacerlo más: el pasillo de casa inundado. Toca achicar agua.
Una vez hecho he pensado que ya que la mañana estaba perdida, podía ponerme a hacer el resto de cosas que tengo pendientes, comprar, pagar el piso, limpiar... Pero aaaayyy... La vida es como es, y no como la teorizamos.
La dueña del piso tiene es del Santander, y estos desgraciados han tenido a bien poner una comisión de 3€ a todos los ingresos en cuentas en los que no seas propietario. Casi me dejo, pero al final he rectificado, y he dicho que no lo hicieran. Me he ido indignado, pensando que quizás la solución sea nacionalizar la banca, o por lo menos crear un banco nacional. A ver quién compite más.
También he pensado que la pobre Botín tenía que tener suelto para justificar la reciente ampliación de capital conseguida a base de hipotecas y especulación.
Pero supongo que encima hay que tenerla por heroína nacional, sin hacer nada para merecerlo es dueña de uno de los bancos más importantes, eso sí, robar pan u ocupar una casa vacía está fatal.
He salido directo al supermercado a ver si al menos la compra sí la podía hacer, y menos mal, algo que he podido resolver hoy. Mientras pesaba unos plátanos (con mis cascos puestos) un señor se me ha acercado. Me lo he quitado y me ha dicho: "Con una bolsa de plástico... tienes que usar una bolsa de plástico".
Lo ha dicho muy bien, despacito señalando a las bolsas, hablando lento, vocalizando en cada sílaba y alto, por si no le entendía.
Puede ser que pensase que era tonto, pero por la cara de sorpresa cuando le he contestado en castellano: "Sí, lo sé, pero es que prefiero no usar plástico si no es necesario" creo que pensaba que venía de fuera, y por ende, que desconocía el complejo mecanismo de las bolsas de plástico que tenía al lado.
Y así ha transcurrido el día hasta ahora, con una reflexión permanente: "Qué poco me queda de aguantar este modo de vida."

0 comments:

Post a Comment