Thursday, June 20, 2019

Otra vez.

Llego a casa después de machacarme contra la vida.
Veinticuatro horas de trabajo contra la vida.
El silencio me recibe.
Otra vez... otra vez  mi casa está vacía.
Lo has vuelto a hacer. Te has vuelto a marchar.
Como siempre que te vas, dejando la casa recogida como nunca:
sin tu ropa en los armarios, los platos lavados y hecha la cama
y en el suelo tiradas tus bragas.

Como para recordarme tu no ausencia,
tu calor a mi lado a la hora de dormir
tener a quién mirar en la oscuridad de la noche,
tener con quien reír a tientas
como descubriendo qué somos juntas
buscando esa materialidad que no somos
ya que no nos podemos coger en brazos y guardarnos
ni tampoco sacarnos para enseñarnos a nuestras amigas y camaradas,
casi que ya no deberíamos ni pensarnos.

Así me paso el día, en el sofá,
esperando a volver a trabajar
pensando cosas que podríamos hacer
ahora que no estás otra vez.
Y mañana, mañana volverá a ser más de lo mismo
aprovecharé la siguiente guardia
para volver a dejar la cama hecha
y en el suelo tiradas tus bragas.. otra vez...

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