Thursday, August 15, 2013

Que será, será.


Hoy me apetece escribir con desenfado y tranquilidad, de cosas agradables y que reconfortan el espíritu. Concretamente me voy a centrar otra vez en algo que hacía mucho tiempo que no tocaba; quizás porque lo tenía olvidado o quizás porque no quería recordarlo. Aunque pensándolo bien, la conclusión a la que llego es que podría ser que tras un duro año con demasiadas, de verdad, demasiadas pérdidas (¿vale ya no?), la tristeza o como mínimo la apatía, me impedían recordar esas cosas bonitas que tiene la vida.

¿Recordáis lo que se siente al mirar a los ojos de un desconocido por primera vez y sentir una conexión instantánea? Ese rayo, esas chispas, la electricidad que el ser humano es capaz de transmitir convertido en una onda que llega a la otra persona o como mínimo a ti y que te hace sentir vivo, muy vivo. Sientes que estáis unidos y todo lo que sabes cuando acabas de analizar lo que te acaba de pasar es su nombre y aquello que hayas podido sacar por el contexto y el físico de la otra persona.

Pensemos en unas pecas, una mirada rubia infantil pero con un toque canalla, una sonrisa encantadora y una gracia natural suave, elegante pero terrenal. Y ya está. Qué simple, ¿no? Lo más divertido de esto es que te lo puedes estar inventando por completo, claro que cuando la sensación es tan fuerte es complicado pensar que sea todo un producto de la imaginación.

Qué será, será... Whatever will be will be... The future's not ours, to see… Qué  será, será.

La verdad es que la vida no deja de sorprendernos. A través de unos ojos y con tres palabras puedes imaginarte un rico mundo detrás del interlocutor que tienes delante. Incluso te puede parecer ver un toque de tristeza. Cosas de la vida íntima de la persona con la que estás hablando que ésta no te ha contado y que tú sin embargo ves, conoces. Vislumbras una sombra que no podrías llegar a describir acertadamente pero que te gustaría conocer y arrojar algo de luz a tanto misterio. Por muy absurdo que suene. Es así.

Algo hay en los seres humanos que nos hace conectar unos con otros. Llegamos a tener confianza con personas hasta el punto de saber qué piensan en cada momento y qué es lo que les apetece hacer. Qué necesitan y qué no. Se pueden llegar a mantener conversaciones incluso sin decir una sola palabra.
Lo normal es que pase mucho tiempo hasta llegar a ese punto. Pero ahí están estos instantes mágicos que comento.

Sea lo que sea ese algo no está estudiado, o yo al menos no lo conozco. Algo dicen de las feromonas, pero esa explicación se queda muy corta. En cualquier caso dejemos algo de misterio en la vida.

Yo por mi parte he tenido esa sensación en contadas ocasiones; me sobran dedos de una mano (mejor, si no, no sería tan especial). Y me parece tan maravilloso que lo único que se me ocurre es animar a todo el mundo a disfrutar de esa sensación y del peligro que esconde. Te hace sentir.

Y de lo demás no os preocupéis, que lo que tenga que ser, será.

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