Friday, February 17, 2017

Podríamos

Podríamos hablar del tiempo
de ese deportista que está por todos lados
o del peinado de ese locutor
y estaríamos haciendo poesía
desnudos, en el sofá de casa: la tuya, la mía, la nuestra... qué más da si al final es esa manta que cubre a medias nuestros cuerpos entrelazados el único hogar que anhelo fuera de mí.

Podríamos, para variar, intentar comer algo, pero cada vez que amago con ir a la cocina me atrapan tu piernas que apenas me rozan, tus labios titiriteros que controlan mis manos que te acarician con la delicadeza de un suspiro, y te sujeto por la cara en un desesperado intento de vaporizar lo efímero de ese momento.

Presente contra presente, eso es amarnos, dormir a tu lado, abrazarte en una necesidad voluntaria constante.

Podríamos bailar agarrados, incluso podríamos hacerlo como mandan los cánones, con técnica depurada y giros inverosímiles, pero es que bailar separados estando juntos, es cosa de dos libertades que se desean y se expresan, de esa sensación tan fantástica individual que compartimos nace un amor hacia la más esencial sensación de plenitud de cada uno, y eso, eso sí que es bailar, como sólo nosotros sabemos.

Podríamos en fin, ser distintos de muchas formas diferentes, pero siendo nosotros tan bien, ¿por qué no sacamos la manta?

Thursday, February 2, 2017

Luces, cámara... disparen.

Entre el humo y la metralla de esas pistolas modernas de la era nueva que llevan cables en sus extremos y emiten en directo, quedan víctimas solitarias allá en sus pantallas.
Quedan hasta que marchan pues ya todos se olvidaron de su existencia.

El far west jamás tuvo tanto éxito entre los ciudadanos, sólo que ahora disparamos a distancia. Nunca hubo tanto feo, tanto malo y sobre todo, tanto tonto.
Me perdonen la soberbia y las formas, pero nos dan pistolas cada día cargadas de lágrimas y te piden que aprietes el gatillo, solo que ahora al mecanismo que sentencia se le llama compartir y no gatillo, y la onomatopeya ha cambiado, ya no es "pium", ni "bum", ahora se estila un más un elegante "click". A ver quién es más rápido.

La belleza del horror, la sutileza de la ignorancia, la dulzura de la inocencia... tristes compañeras de cama para esta orgía donde la apariencia aún tiene sex-appeal y una doble cara a cada cual más perversa. La primera socializa la superficialidad de nuestra pena, la segunda es la autoridad disfrazada de imparcialidad para que tengas la mentira por certeza.

Por suerte no sabemos de política ni nos interesa, aunque disparemos cada día a sangre fría cualquier historia que nos vendan. Y mañana ese click se convertirá en un San Valentín impune al que nadie intentará parar. Irá disparando a ciegas, a esa pareja que se acaba de conocer, al matrimonio con años de confianza... afortunadamente será inclusivo y también atacará a abuelos y abuelas, a niños y niñasPersonas que verterán su amor al suelo que los acogerá ya sin vida.

¿Y por qué los íbamos a parar si en mi pantalla yo vi un vídeo que decía que sufrían? Pues porque era todo una gran mentira, bien vestida de democracia, rigor y decencia, pero mentira.

Así pues la próxima vez que no te interese la política, no hagas click, podría ser que la siguiente bala me diese a mí.