Wednesday, August 19, 2015

La siesta

Cómo me gustan los momentos,
un instante que haga el mundo lento
aunque en general todo vaya mal
un alto en la oscuridad, un respiro de paz.

Cómo explicar, es complicado
que me sentí único a tu lado
quizás una tarde o sólo un segundo
da igual, porque estuvimos juntos.

Aunque no hubo más,
y quizás ya no habrá
pero a quién le importa
si el recuerdo nadie lo borra.

Tu eternidad en tu suspiro
y cuánto bien me hizo,
cómo me sangra aquel grito
tener corazón y sentirlo.

Cierto que volví a la realidad
que me nubla mucha oscuridad.
Muchas preguntas y pocas respuestas
mi vida sólo son pruebas.

Pero ¡ah! Tu caricia clavada intensa
efímera felicidad inmensa.
Sentir tu cabeza en mi pecho,
el hechizo de tus besos.

Creo que está muy claro,
fui feliz, aunque suene raro
amarte fue suficiente, extraño,
aunque lo hice sólo por un rato.

Tuesday, July 28, 2015

Incomprensible

Tendría que estar prohibido que las calles de una ciudad estuvieran vacías.
Tendría que ser delito no tener gente con la que compartirlas.
No tiene sentido que aún siendo de noche no estén llenas de vida.
Y que el bullicio del gentío no intente protegerme de su soledad fría.

¡Es que es incomprensible!

Pero por suerte no funciona así y yo sólo puedo sentirme alegre
porque no necesito fingir, ni tampoco protegerme
porque puedo pararme a debatir o simplemente volver y parecer ausente
sin nada que evadir, sólo pensando en el presente.

¡Cómo puede ser que no lo eviten!

Wednesday, July 22, 2015

Y si...

Y si me mirases a los ojos y me dijeras la verdad,
y si somos dos polos atrapados en un desván,
y si hoy canto solo por el placer de no pensar
y si ayer se acabó todo y hoy vuelvo a empezar.

Me ha temblado el pulso en tus labios, la verdad,
no por ser iluso, sino por lealtad,
a ese yo siempre confuso que peca de terquedad,
al mismo obtuso, que ama en libertad.

No es raro que te sueñe entre mis sábanas
sólo a tu lado se puede. Sin emociones desgastadas
olvidando lo que duele, sumando nuestras alas
construyendo juntos puentes, rebelando nuestras almas.

Sin amargas despedidas que abrumen.
Sin miradas perdidas que asusten.
Con caricias tímidas que sumen.
Contigo mientas caminas y me alumbres.

Friday, July 10, 2015

Brindis por Grecia

Un sonido agudo comienza en la sala alborotada. Poco a poco se le unen más sonidos iguales que hacen callar a la multitud allí reunida.

“¡Un poco de atención por favor!”

Poco a poco el ensordecedor murmullo va desapareciendo. La curiosidad y la alegría reinan en la sala.

“Bueno, en esta ocasión especial que nos ha traído aquí me gustaría brindar por vosotros, por nosotros.

Por aquella edad en la que imaginar formaba parte de la realidad.

Ha sido un largo camino para llegar hasta aquí, han sido muchos años y demasiado trabajo para que todos pudiésemos estar hoy aquí juntos, comiendo y bebiendo…

-¡OPA! –Toda la habitación gritó con fuerza–.

-¡Opa! ¡Opa! Es cierto… son sólo sueños de niño decían, nos decían que éramos personas de otro tiempo y que no tenía sentido seguir defendiendo lo que defendíamos, que nuestra ideología tenía que desaparecer.

¿Sabéis? Cuando yo era pequeño era difícil, y mucho, poder llevarse algo así a la boca, esta comida que veis ahora en vuestros platos yo sólo podía llegar a imaginarla a través de películas, las que echaban por la televisión, porque no me podía permitir ir al cine. Mis padres intentaban encontrar un trabajo decente pero no se adquiría con facilidad, era imposible.

Vivía en las calles, iba a la escuela y luego me buscaba la vida para poder comer algo más que la triste sopita con pan que me podían ofrecer mis padres. Con mis amigos vagabundeaba, pedía dinero a los turistas adinerados de otros países, sobre todo de Europa.

Y parecía que no había culpables, todo caía desde el cielo, como si los dioses del Olimpo dolidos por el abandono, hubieran decidido cebarse con su pueblo, con nuestro pueblo.
Fue entonces cuando tuve aquella clase de historia que hizo que me cambiase la vida y que hoy pueda estar aquí ante vosotros hablando.
Me hablaron de un país que había tenido que asumir las decisiones de otros países que les había llevado a la ruina más absoluta. Me hablaron de un país destruido por la guerra y el hambre y enfermedades que hasta ese momento no habían existido en aquel país.

La única solución que encontraron fue aislarse y marginarse de aquellos que los habían llevado a esa situación. Un hombre tuvo la suficiente visión para, apoyándose en el sentimiento patriótico, sacar a un país de la ruina. Tuvo que tomar medidas dolorosas sin duda, pero no le quedaba más remedio: la gente de su país, su pueblo, lo necesitaba.

Me sentí inspirado, un solo hombre liderando todo un país, dándole optimismo y energías para resurgir y sólo apoyados en dos ideales básicos que desde entonces guiaron cada paso de mi vida: el amor por los míos, por mi país, y el trabajo duro.

Y con estas dos cosas hoy estamos aquí. El pueblo griego que en su día tuvo que vivir exactamente lo mismo que viví yo, hoy nos ha concedido una responsabilidad muy importante. Hoy tenemos que empezar un nuevo camino solos, sin aquellos que estaban más preocupados por rescatar a los países ricos y sus asquerosos empresarios, mañana mismo grabaré un comunicado en el que mandaré a paseo a toda la Unión Europea.

Poco a poco el público presente comienza a enardecerse y los gritos van aumentando de nivel.

A partir de mañana… Nos toca demostrar que el pueblo griego es capaz de valerse por sí mismo, que nuestra cultura merece la pena y deber ser respetada, que somos ricos porque lo único que necesitamos para salir adelante son nuestras manos.

Una nueva Grecia es posible, y en ella no queremos asquerosos que no tengan sangre helena por sus venas, vamos a detener y encarcelar a todo aquel que no hable de la supremacía de la raza griega… ¡¡Vamos a eliminar la suciedad inmigrante de las calles!!

Y por supuesto a todos esos países que nos dejaban morir de hambre, que permitían que los nuestros se quemasen en frente del Parlamento, los vamos a mandar a paseo, que se mueran todos.

Mañana recogemos el testigo de la obra de Hitler y comenzamos un nuevo camino de gloria y honor para Grecia.

-¡¡Viva Grecia!!

-¡¡VIVA!!”

Y todos beben la copa que tenían en la mano de un solo trago. Están contentos, les había costado ganar las elecciones, pero todo el esfuerzo había merecido la pena… Incluso habían tenido que soportar un gobierno comunista… En su propio país…

Pero ahora eso se había acabado, tantos años de humillaciones y expolio tocaban a su fin. Gobernarían con puño de hierro y harían pagar a todos los que los habían ofendido tantos años. Era hora de empezar a repartir las cartas por sí mismos, y ellos no tenían que guardar las apariencias como los demás…

“Se arrepentirán… ¡¡POR GRECIA!!”


Así fue como Grecia recuperó ese último recodo que necesitaban: la esperanza. Aquella que desde Europa le robamos, y que sólo el odio fue capaz de devolverles. La historia siempre la usamos para olvidarla. Ojalá esto no llegue a pasar.

Sunday, June 21, 2015

Akinu

Akinu disfrutaba bailando, su pelo hondeando al viento que generaba con sus movimientos, la ligereza de éstos. Se movía como ingrávida, en esos momentos en los que las miradas de los demás no importan, cuando lo único que existe es el presente y el ruido desaparece, cuando la música inunda el alma y te transporta a otro mundo, allá donde sólo se puede llegar inmaterial y etéreo.

Verla era maravilloso, la gracia de sus brazos en forma de curva invitando a ligarse a la Tierra, a una especie de corriente de energía que recorría esa misma habitación en donde todos estábamos expectantes a sus giros, a esa sensibilidad que desprendía con sus ojos cerrados, a aquello, fuese lo que fuese que le hacía moverse.
Con pasión y con dolor. Se podían observar los labios apretados de rabia y de vez en cuando una sonrisa, ya fuera por algún recuerdo o por el alivio de dejar ir todo aquello que necesitase sacar.

Todos hipnotizados ante tanta belleza, ante esa estética del dolor…

*****

Es curioso, había conocido aquel bar una noche lluviosa tras un largo paseo reflexionando. Estaba pensando en la vida y cómo ésta da vueltas de manera aleatoria para juntar y desjuntar por aparente casualidad siempre. Pasé por el lado de una pequeña puerta estrecha. Un pequeño letrero encima invitaba a entrar a personas como yo: “Bar De Los Olvidados”, mejor carta de presentación no podía tener.

Al abrir la puerta, bastante añada ya, me sorprendió el lugar. Paredes de madera, luces muy íntimas, cuadros de músicos de los que ya no nacen… Aquel sitio estaba hecho a la medida. Me senté en la barra y pedí una cerveza. Cuando el camarero la trajo lo abordé para saciar mi curiosidad.

-¿Qué es este sitio? Nunca que me había fijado en él.

+Esto es un bar que siempre ha estado aquí, lo que pasa es que la gente no se suele fijar en él porque no es muy llamativo desde fuera. Sin embargo como ves, siempre hay gente. –Respondió haciendo un breve gesto con la cabeza–.

-Te gusta trabajar aquí, ¿eh?

+Disfruto mucho, sobre todo las noches de concierto.

-¡¿Hacen conciertos?! ¡¿Cuándo?!

+Todos los días, pero me temo que hoy no podrás asistir.

-Vaya… ¿Se han agotado las entradas?

+No amigo, no. Es que hoy no es un buen día para que puedas disfrutar del concierto, así que no puedes asistir. –Espetó medio riéndose ante la obviedad de la respuesta–.

Yo, algo molesto por interpretar que se estaba riendo de mí, respondí airado.

-¡Pero bueno! ¿A santo de qué vas a decirme tú si estoy preparado o no? Pago la entrada pues entro si quiero.

+Relájate amigo, que no me quería burlar. Los conciertos no cuestan dinero, así que esas reglas aquí no valen. Y lo de preparado entiendo que suene raro, pero hazme caso, si vuelves asiduamente lo entenderás, no tienes más que mirar a tu alrededor, ¿parece esto un bar normal?

Eché un vistazo a la gente y noté algo extraño en sus caras y su forma de hablar, no sabría decir qué era… Pero era cierto que se dejaba notar un algo distinto en las personas de aquel bar. Bien mirado, el bar en sí era extraño.

-Disculpa… un día duro. Tráeme la cuenta cuando puedes.

+No lo suficiente, amigo, no lo suficiente. Hoy invita la casa. –Y señaló un cartel que había detrás de él con las botellas de alcohol que rezaba: “Guarde el dinero, hoy invita la casa”–.

Así que me despedí agradecido y deseando volver al día siguiente a ver si estaba preparado para ver un concierto de los que se hacían allí.

*****

Volví varios días pero ninguno fue posible, ninguno de los días estaba preparado. Cada día el cartel seguía ahí, así que cada día era invitado.

A veces iba con amigos, otras veces con alguna persona especial para hacer tiempo hasta el momento de despedirme y evitar de alguna manera invitarla a subir a casa.
No hacía mucho aprovechaba cualquier oportunidad de obtener algo de compañía, ahora simplemente me cansaba la idea y no me sentía a gusto después en mi propia cama. Tener una persona extraña con la que no tienes ningún tipo de conexión más que la puntual del sexo es muy incómodo, y no estoy hecho para echar a una persona de casa así sin más.

Así fueron transcurriendo las semanas. Seguía yendo, ya casi ni recordaba el por qué había empezado todo aquello, pero me gustaba aquel sitio, era como mi segunda casa. Muy acogedor.

*****

Era de día, el sol hacía horas que entraba por mi ventana y yo estaba perezoso como siempre que estoy recién levantado. Miré la hora que marcaba el reloj de pared que me había regalado mi padre de los Beatles: las 14:34. “Pufff… cada día me despierto más pronto”.

Me cociné un poco de pasta y salí a dar un paseo por el barrio. Hacía tiempo que no me paraba a observar a la gente que se podía considerar vecina ni las calles donde transcurría mi vida.

Una cierta alegría me invadía, iba optimista y bien erguido, casi bailando mientras caminaba. Y en esas estaba, como ido, cuando noté una mano que se posaba sobre mi espalda.

+¿Qué pasa, que ya ni nos saludamos?

Me llevé un buen susto, y a la adrenalina que ya tenía tuvo que sumarse el vuelco al corazón que sentí al encontrarme con aquellos ojos y esa sonrisa de nuevo

-Vaya, Paula, qué agradable sorpresa. Nótese la ironía…

+Veo que no has perdido en sarcasmo con el tiempo. Haz el favor, ¿no? Una vez dijimos que los abrazos eran de obligado cumplimiento.

Reí con ganas.

-¡Qué morro tienes! Ven aquí anda.

Y nos fundimos en uno de esos abrazos donde el tiempo no importa y son los cuerpos los que dictan cuánto tiene que durar.

Todo seguía en orden, la misma confianza de siempre, las mismas miradas, la misma capacidad para saber en qué estaba pensando el otro… Nos pusimos brevemente al día y le conté que un día teníamos que ir a aquel bar que acababa de descubrir. Ella aceptó de buen gusto, aparentemente. Ambos sabíamos que no iba a ser.
Hacía ya unos meses desde la última vez que la había visto y nada había cambiado, nada de vernos: “no era el momento”.

Seguí mi paseo pensando en todo lo que habíamos compartido, era gracioso. Aún me gustaba después de todo… Si aquel día ya estaba alegre, ahora no podía mejorar.
Estuve toda la tarde fantaseando y tomando notas, cualquier cosa podía ser interesante en un futuro y valía la pena guardar esos pensamientos para un momento más idóneo que invitase a la reflexión. Uno de mis hobbys: pensar.

*****

Esa noche volví al bar. De madrugada, más bien, como siempre. Ya había entrado en esa fase íntima y pensativa que tengo cuando se apaga la luz del sol y había decidido brindar en compañía por la vida que nos daba momentos incomprensibles que hacían de cada día una aventura.

Según entré por la puerta me habló Guille, el camarero.

+¡Mírate, hoy sí que estás para concierto!

-¿Cómo? ¿Hoy? Pero si he tenido un gran día…

Hablé sin pensar, deduje de la primera noche que sólo los que estaban realmente mal podían entrar a los conciertos, pero no se me había dicho como tal.

+¿Eso crees eh? Va, ánimo, que tú puedes.

Llegué a pensar que me estaba tomando el pelo, aquello no tenía sentido, pero me callé, por fin iba a poder ver el espectáculo.

Me hizo una seña para que pasase por detrás de la barra y me metió por una puerta que había. Daba a una salita donde había un pequeño escenario. Allí había más gente sentada esperando. Me senté en mi silla y al punto se apagaron las luces. “Qué suerte” –pensé­–.

Se iluminó el escenario y en él no había más que un pañuelo rojo en el suelo. De la nada, se oyó una corriente de aire que hizo moverse al pañuelo que comenzó a girar y a hacer formas preciosas en medio del aire. Poco a poco, o de repente, no sabría decir, apareció una mujer como envuelta por el pañuelo, que seguía todos sus movimientos elegantemente, como si fuera una parte más de ella, como si ella no fuese más que la sombra que seguía la seda roja. Ella continuó la danza que se había iniciado por aquel viento.

Disfrutaba bailando, su pelo hondeando al viento que generaba con sus movimientos, la ligereza de éstos. Se movía como ingrávida…

*****

Cuando acabó el espectáculo y se encendieron las luces nadie se movió de su asiento. Miré al de al lado, y estaba visiblemente emocionado.

-Ha sido maravilloso, ¿verdad?

+Ha sido… Algo increíble… Y ella… cada vez es más bella, a pesar de no tener pelo.

-¿Cómo dice?

+Que la belleza, va más con la personalidad que con el físico, ¿no le parece?

-Sin duda, sí… Pero…

Y me quedé callado. No tenía muy claro lo que estaba pasando… El hombre me miró y lo entendió al instante.

+¿Eres nuevo por aquí, no? Ánimo, ojalá que no vengas mucho; créeme que la felicidad que sientes no es más que un espejismo, duele mucho más. No compensa.

No me dejó decir nada, se levantó y se marchó por el mismo sitio que había venido yo. Esperé unos instantes para que mi cabeza aterrizase, luego imité a aquel perturbado hombre.

Al salir al bar, allí estaba todo el mundo ajeno a lo que había pasado. Esa misma extraña sensación que ahora tenía sentido… aún no estaban preparados.
El camarero me miró y me indicó que me sentase.

+¿Qué te ha parecido? Pregunta.

-¿Quién es?

+Akinu, el espíritu de una mujer que fue maltratada durante demasiado tiempo como para dejarse morir. La tortura pasó a ser su modo de vida.

-¿Espíritu has dicho?

+Sí, como tú, que pareces humano, pero andas en otro mundo más allá del terrenal, igual que yo, igual que todos los que están aquí.

-¿Por qué no la veía igual que el otro? ¿Por qué hoy?

+Muy superficiales aunque bastante acertadas las preguntas. Déjame reformularlas: ¿Qué tenían en común la mujer que has visto tú y la que ha visto él? Una pista, hoy estabas preparado.

Me quedé callado mirando fijamente a Guille que me aguantaba la mirada transmitiéndome una paciencia infinita, un sentimiento que me venía a decir, puedes descansar conmigo todo lo que quieras.

Y lo vi claro, entendí lo que tenían en común la descripción de aquella mujer y lo que yo había visto.
Casi podía notar como mis ojos se iban poniendo rojos poco a poco, y luego cómo las lágrimas comenzaron a invadir mis ojos hasta el punto de rebosarse y empezar a resbalar por mis mejillas.

Guille me acarició con la mano en la nuca y me agarró con firmeza para infundirme ánimo.

Yo le miré y quedamente pude llegar a decir:

-¿Me pones una cerveza?


+Claro amigo, hoy invita la casa…





Wednesday, June 3, 2015

Pinocchio

Que fácil es cortar los hilos
de un títere descosido.
Qué pronto le llega a éste el olvido
y la paz consigo.

Tiene que encontrar el muñeco
un sitio nuevo.
Necesita tan sólo un nimio hueco
y emprender el vuelo.

Pensar qué rumbo es el que fija
ahora sin guía.
¿Acaso no fue cierto lo que vivía?
El embrujo duró sólo unos días.

Aún emplea su desgastada cabeza,
se siente sin cadenas.
Algo extraño pasa, ya no recuerda
pero en el pecho algo aprieta.

Será quizás que era cierto
piensa en sus juegos.
Aprendió a no tenerlos,
los echa de menos.

Qué agridulce sabor deja
esta libertad con rejas.
Esperando que los hilos vuelvan
vive, mientras sueña.

Sunday, May 31, 2015

El lenguaje es para los cobardes.

El lenguaje es para los cobardes.

No crean nunca una palabra de lo que les diga o les escriba.
Les puedo explicar la verdad y no haberles dicho nada.
Les puedo mentir y que ni lo sospechen.

Desconfíen del lenguaje y de aquel que le gusta.
Puedo afirmar: “necesito vacaciones” y que muchos lo compartan conmigo
cuando en realidad lo que quiero decir es que necesito vacaciones del mundo.

Las palabras no sirven, son símbolos.
Qué poco valientes somos los que nos escudamos en el lenguaje para llevar razón.
Podemos emocionar sin sentir nada, los más mentirosos.

El lenguaje es para los cobardes... O qué cobarde es el lenguaje.

Pueden decir te odio y que sea el mayor amor que jamás sintieron.
A veces se oye: “No me escuchás”. ¿Y para qué visto lo visto?
No sean locos, no hagan caso de  los mensajes.

Si quieren creer en algo crean en las miradas.
Cuando les quieran decir algo, que sea cara a cara. Pero tápense bien los oídos.
Miren cómo desvía la mirada, observen esa sonrisa al recordarlos, fíjense en cómo respira, si se frota las manos nerviosa.

Y aprendan a confiar en lo que su instinto les dice.
A veces oirán cosas por sus oídos que su corazón no entenderá igual.
La vida es engañosa y lo fundamental no lo entenderán con el cerebro.

El lenguaje es para los cobardes.
Las palabras son muy mentirosas.

Así que háganme un favor y no se crean nada de lo que les acabo de decir, probablemente sea todo falso.