Sunday, August 19, 2018

Querida amiga

Me llamas amigo y lo imagino agrio en tus labios. Lo dices a menudo, insistentemente, más como un recordatorio que como un sentimiento.
Te llamo amiga y sé que nos estoy mintiendo, y lo repito a diario a ver si así se hace un poco más cierto. 

Querida amiga, disculpa que por un momento te sea sincero y no te llame amiga, deja que te mire fijamente a las palabras y te sea terriblemente sincero. 
Tengo mucha gente a la que quiero, pero no hay tanta que provoque esa tormenta al ver un nombre escrito en una pantalla, ni ese temblor en el pulso al leer un mensaje, no hay tantas sonrisas en medio de la calle recordando pasajes de nuestras vidas, nuestras bromas y nuestras diferencias.

Y podríamos hablar de ese miedo al contacto físico, del miedo a los abrazos... Podríamos hablar de la distancia hecha de kilómetros y de realidades y circunstancias. Podríamos decir que ser amigos resuelve esta encrucijada, estos caminos paralelos que parecen no encontrarse. Podríamos transitarnos admirándonos así en la distancia, mordiéndonos el labio con medias sonrisas contenidas llenas de ideas, tentaciones y deseos ocultos.

Así podremos volver a mentirnos diciéndonos la verdad, susurrando en mensajes cosas del otro que en realidad pensamos distintas a como las decimos. Y podremos seguir llamándonos amigos, pero querida amiga, recuerda que no eres mi amiga.

No significa eso que la confianza sea falsa o que ese nosotros pierda valor, sino que si "una veta de amor reconoce en los míos [ojos]/ no alerte sus fusiles ni piense qué delirio/ a pesar de la veta o tal vez porque existe/ usted puede contar conmigo " y sé que yo puedo contar contigo, por esta medio verdad que estamos construyendo, porque amar está hecho de circunstancias y nosotros bien lo sabemos.

Así las cosas, cuéntame amiga, ¿que tal fue tu día?

Monday, August 13, 2018

La Amazonas

Nos miramos y nos decimos una vida.
Parpadeo, y en el instante que abro los ojos los ruidos reaparecen; el viento susurra historias irreales de un imaginario colectivo cada vez más desgastado construido con palabras cotidianas.
Me ponen delante de un espejo y yo me miro, por fin no hay nada, unos cimientos sólidos, con todo por reconstruir.

La seda de tus labios se posa sobre mi frente y se instaura el silencio, recuerdo el atardecer en la playa, el tacto de la hierba en los dedos de mis pies, la brisa en la proa de un barco navegante mientras el sol calienta mis ideas; ese efímero infinito en el que miramos con cada fibra de nuestro cuerpo, ese llenarse de vida que sana cada dolor del camino recorrido.

Y no te has movido, esa vida en microsegundos que pasa cuando decides separar nuestros átomos y todo torna a ser circunstancias.

Achinas la mirada, sonríes por etapas y el silencio vuelve, me lleva a la calidez del fuego haciendo crepitar la madera, al sonido de las cigarras que lo envuelve todo, al rugir de un jaguar a lo lejos, a las hojas secas en su deshacerse bajo el peso de la vida.

Preguntas vergonzosa qué me pasa, y me tumbo callado bajo la noche estrellada, las constelaciones dibujan mi alma y las estrellas fugaces graban con su estela una efímera marca indeleble.

Me acaricias y el Amazonas me arruya con sus ondas, me calma y me hace paz, sin zozobra, sin rumbo, sin destino.
Y te vuelves a apartar y la vida vuelve a ser ciudad, circunstancias y realidad.

Quizás la Amazonas, la selva, con su exuberancia inunde todas las cosas.
Quizás la Amazonas, esté más viva que nunca, aunque no podamos verlo, aunque queramos negarla y destruirla.

Monday, July 23, 2018

Poesía

He encontrado versos preciosos hechos de bondad y belleza que aullaban por los rincones a la espera de ser escuchados en una ciudad de ruidos y luces, donde lo espectacular reina y pasa rápidamente desechando lo significativo.

Los encontré magullados por las zarzas de la rutina con su maraña de quehaceres y miedos que se escondían tras unos pétalos rosados bellos y atractivos hechos de seguridad y destino.

De todos esos versos, aislados y solitarios, construí estrofas de historias en común, de luchas con y sin rival, hasta la propia muerte del ser y de la esencia, y todos esos versos aislados comenzaron a dar forma en mi cabeza y corazón un poema precioso itinerante y aventurero. Un poema trepidante, de rima seductora y atractiva aunque compleja y severa.

Y yo sólo soy un verso más en este lóbrego poema alegre que va tomando forma entre todos aquellos aullidos que vagan con sus canas por las ciudades.

Somos solo eso... versos
y hacemos lo que sabemos... poesía.

Monday, July 2, 2018

Soledad teje


De entre todas las Soledades a las que me he enganchado, es ésta, tan maquillada con amagos de diversidad, la que me tiene más atrapado.

Y es que mi Soledad es muy suya; de plaza y de baile los fines de semana, en compañía de sus amigas arrastra su pena por el suelo y en cada zapateado se sacude una alegría que le sirve de sonrisa en un duelo con la vida en la que se queda sin cartuchos. Y yo me pregunto lo que ella ni se plantea, y es que, ¿con qué le disparará a la vida cuando no queden ya ni sonrisas?

Mi Soledad tiene estas cosas, tan de humana, de arroparme plancenteramente a diario para mi regocijo y luego sin saber cómo ni por qué mi Soledad me molesta. Especialmente cuando hay tanta gente de la que me aleja.

Ya sabe mi Soledad que tiene un cargamento de lágrimas esperando con las que tejerme un vestido a medida que me sirva para todos los días, que no se ensucie con el vómito cuando la aguja deja de llenar mis venas con versos que me permiten evadirme de tantas noches en vela a su vera.

Quizás sea entonces, cuando la rueca deje por fin de girar, que mi Soledad y yo nos miraremos fijamente a los ojos y la Luna dejará de silbar baladas que bailar en descampados en donde tantas ánimas de tantos otros antes que yo, decidimos hacer de nuestro vestido algo con lo que engalanar las noches de zurcidos y remiendos a nuestra alma.

Almas de parches y de canas, de ojeras e insomnio que en esa intensidad del mirar se despedirán y harán de mi Soledad algo eterno.

Monday, May 21, 2018

Lluvia

Tarde cerrada en Madrid, las 21h y casi parece que amaneciese salvo por esas nubes que amenazan con una tormenta de verano de esas que inundan el ambiente con su fragancia a petricor y un escalofrío recorre mi espalda al imaginar las gotas de lluvia castigando el suelo, arrastrando en riachuelos por el alcantarillado esa pena que llevan a cuestas para dar paso por fin a la más absoluta paz. Ese alivio que sentimos cuando algo malo está por venir y asusta que muerde los intestinos, termina sucediendo y al final como vino se fue. Dejando un silencio sólo interrumpido por los pájaros que cantan como esas primeras bromas después de una discusión, como esas primeras palabras después de un abrazo incómodo, de un beso inesperado. ¿Qué se está moviendo ahí? En esa mirada brillante que se aparta vergonzosa imponiendo al resto de la cara una tímida sonrisa a caballo entre pícara-coqueta y temerosa.
Así es la lluvia desde mi ventana, así son las tormentas en mi imaginación.

Saturday, May 12, 2018

Escribe


Escribe sobre el aire y el viento, escribe sobre sobre el mar y la sal, escribe sobre la arena que quema y el barro que alivia el calor en tus pies.

Escribe sobre el olor que trae la brisa veraniega cuando caminas por el paseo marítimo, escribe sobre el roce tenue de su piel cuando en un braceo tímido, te atreves a romper la distancia física como por accidente sólo para que por un momento vuestras pieles sean una. Escribe sobre la embriaguez de su perfume inundando tus sentidos, el latir de su mirada, de la luz de su sonrisa...

Escribe sobre todo lo que quieras... escribe sobre la vida. Escribe sobre la montaña y las vistas desde las cornisas, sobre esa sensación de que por un instante todo gira en torno a ti y esa paz en tu interior, ese cerrar los ojos y darte en la oscuridad a esa sensación de plenitud.

Hazlo tanto como quieras, hazlo como quieras... Hazlo porque con ella todo parece un poco más colorido y armonioso, como un arpegio.

Escribe todo eso y mucho más, crea sensaciones que la gente sienta como verdaderas y enorgullécete, que de tu hogar salgan esas imágenes que no son ni serán, pero que eres capaz de crear; hazlo y nunca olvides que tu casa está allá donde tu estés, porque la llevas a cuestas y se llama Soledad.

Porque escribir trata más de anhelar que de tener, y cuando el escritor tiene, se desentiende para seguir anhelando, por eso se cualquier sitio se siente a gusto, porque está sólo; sólo con su anhelo.

Tuesday, April 3, 2018

Carta a la sombra destinada a complementarme


Querida sombra destinada a complementarme,

Verás te escribo un poco sin creer mucho en ti, hace tiempo que presiento tu existencia pero cuando me salgo de esa parte mística que llenaron las novelas y cuentos para niños sé que no existes. Aún así me voy a permitir escribirte porque ando algo cansado de perseguirte a ciegas como el mar persigue la costa sin llegar a quedarse en ella.

Tú que me has hecho sentir tanto bueno, qué poco tiempo nos hemos permitido dedicarnos y cuánto machacarnos.
Tú que a veces has sido más baja, a veces más alta, a veces morena y a veces castaña, pero siempre con esa mirada pícara, una sonrisa rebelde y luchadora hasta hacerme parecer indolente.

Imaginemos que existes.

Creo que somos de otro mundo, de las ideas. Si esto fuera una historia de Hollywood seríamos algo así como dos esencias destinadas a encontrarse con una eternidad para conseguirlo. Quizás nos fuimos de ese mundo porque no sabíamos estar juntas, quizás por lo contrario, quizás fuera sólo un juego al que jugábamos aburridas ya de ser tan eternas, quizás es que necesitábamos corporeidad para sentirnos.
La realidad es que cuando vinimos a éste nos perdimos en el camino y tomamos maneras distintas, tú cambiando de forma yo más deconstruyendo mis formas.

Así fue como nos conocimos por primera vez, entre timbres de clase, en la piscina de un amigo, viniste a salvarme (quizás la única vez) de ese adolescente con granos con el que se metían demasiado, viniste para darme confianza. Lástima que no me quitases lo que de niñez quedaba; quizás así no te habría abandonado. Cuánto daño hice y qué injusto fui, después de tantas tardes en blanco y negro poniendo banda sonora a nuestra inexperiencia, a nuestra virginidad en eso de ser blasfemos.

Nos volvimos a encontrar tan sólo un par de años después, ya casi era un pre-adulto y qué enfadada estabas que me dejaste intentarlo de nuevo, misma mirada asesina, de esas que detienen el tiempo en el mismo momento que contactan. Estuvimos semanas construyendo un cuento que se convirtió en una fábula que acabó en thriller y al día siguiente como quien dice te fuiste castigándome, quizás por lo que hice, quizás porque sí.

Poco tardé en abandonar nuestra ciudad para volver a encontrarme contigo, ya desquitada de nuestros desaires. Eras más mayor y sin embargo yo había crecido más. Lo nuestro apenas duró 19 días, un viaje con tu familia y 500 noches de olvido y desamparo, pasé de querer ser adulto a peinarme canas y aprendí a reconocer tu sombra.

Aquella que fuiste dejando entrever en el resto de personas con las que me crucé de forma liviana.
5 años tardamos, misma ciudad, misma vida y la misma mirada felina. En un cruce, sin saber más de ti, hasta que un día empezamos a hablar. Algo te había pasado que estabas tú más herida y de aquellas heridas este cansancio que aún hoy perdura. Lo intentamos a las duras tiempo más tarde, pero ya sabíamos que no.

Perdida la esperanza volví a nuestro lugar de nacimiento terrenal para encontrarte, quién sabe si por última vez, supiste elegir un pasado en común, mezclaste como nunca los ingredientes de esa pócima secreta que eres y que rejuvenece, yo tan Obélix me lancé sin reparar en que seguías siendo tú, y claro... yo tan yo. Esta vez ni 19 días y ya van 60 para intentar recordar que no existes.

Has tenido muchos nombres y una formas, y yo he tenido un sólo nombre e incontables formas de intentar relacionarme contigo. Se nos han ocurrido muchas maneras de evitarnos y de odiarnos... demasiadas. También nos hemos querido demasiado.

Así que querida sombra, idea, o lo que seas que me rondas y que estás detrás de todo esto, ¿por qué no firmamos una tregua?
No hace mucho yo ya decía a mi gente que no te necesitaba, y es cierto, hemos conseguido vencer al destino, ya no te quiero a mi lado, por favor vete, no quiero ni intensidad, ni locura, ni aventuras irresponsables, basta.
Me he cansado.
¿Quién necesita un destino?
Ya sabemos de qué va el juego y la mentira. Me apetece paz y tranquilidad yo siendo yo y tú por tu lado, viviendo.
Quizás así las dos podamos conseguir una existencia sosegada, arrulladas por la vida hasta que, si tiene que ser, ya como ideas, volvamos a ser. Hazlo aunque sólo sea para que este cuento tenga un final feliz.

Atentamente,

La sombra destinada a complementarte.