Monday, June 3, 2019

Asín semos

Podría explicarte lo infinito que hay dentro de mi pecho, lo oscuro que puede llegar a ser. Podría, igual que podría no hacerlo. Quizás no debería hacerlo porque tú ya lo sabes, lo has visto, abriste mis entrañas a fuerza de facilidad. La facilidad de tu sonrisa, la facilidad de abrirme un escondite cuando el mundo me obliga a salir. No será porque el camino no haya dado vueltas para que lleguemos a este punto. Porque cuando yo más seguro estaba de que no, que yo ya no, pues tú dijiste con todo el anarquismo que llevas dentro, con toda esa tranquilidad que emanas, ese deslizarte por la vida sin presiones ni prisiones, ni prisas, que ahí estabas para crear la revolución más calmada, en la tierra no ansí como en el cielo, que el único que nos queda es el que (no) vemos. Y luego vino eso de mirarnos a los ojos y no decirnos nada salvo vergüenza y te quieros, y llegó acostumbrarse a no sufrir por hablar con alguien cada día, por querer de nuevo ver varias noches una persona, no una persona sino UNA. Podría explicarlo... o quizás no, pero mejor así, dejémoslo estar estando nosotras, que no sabemos si acabará o cuándo lo hará, pero puedes contar conmigo como contaba siempre aquel poeta del que ya no me acuerdo, oh sorpresa. Olvidémonos de más poetas que se nos da bien, y sigamos haciendo lo nuestro, que se nos da aún mejor.

Wednesday, April 24, 2019

Murieron los poetas.

Los poetas ya murieron
en el momento en que nacieron.
Acabaron los motivos
los mundanos y los divinos.

Desaparecieron los sentimientos enterrados
y las circunstancias no (r)evolucionaron.
Ya no esperen Lorcas, Albertis, Hernández ni Machados.
No esperen Nerudas, Dickinsons, Plaths ni Whitmans.
Se desvanecieron todos
en el círculo eterno  de la Historia.

Entonces, ¿por qué escribir?
Escribimos porque escribimos.
¿Por qué escribir?
Porque escribir.

Sunday, April 21, 2019

La rabia, la tierra.

Que sea la rabia una tierra verde y fértil
que sea la injusticia diaria semilla.
que sea el odio regadío primaveral.
que sea el fuego el sol fortalecedor.

Trabajemos la tierra con tesón,
con la horca y el rastrillo
dejémonos sangre y sudor
usemos la hoz y el martillo.

Que florezca de nuestro trabajo el amor
que sea libre, sin juicios ni miedos.
Que crezca una patria ancha e impura,
que no sea sólo sueño y lo haga de verdad.

Saturday, April 13, 2019

Los ángeles existen.

En el imaginario colectivo lo tenemos claro, una luz blanca, pura, que abre el cielo por la mitad, de fondo puede que incluso suenen cánticos corales, un ser alado desciende, trae la paz consigo, trae consuelo, nos arropa en su regazo, nos susurra al oído que todo irá bien, que confiemos. En ese momento sentimos un calor reconfortante, el miedo y el dolor dan paso a una cierta calma, un calor que nos inunda el pecho y nos hace sentirnos vivos, más vivos que nunca, y más tranquilos que nunca. Respiramos  hondo mientras cerramos los ojos, y seguimos, nos enfrentamos a ese gigante ya sin miedo, inspirados por ese ser, ese ángel que ha venido a rescatarnos en el momento más duro, cuando más falta nos hacía.

*****

Son las 8h de la mañana, la luz entra por la ventana y los primeros rayos de sol iluminan la habitación como cada día desde hace siglos, sin embargo, ésta no despierta a nadie. Hace ya tiempo que antes de que amanezca abre los ojos a la espera de que un milagro ocurra. 
Está cansada, muy cansada. 
Sus manos ya no son lo que eran, con ellas solía dibujar, probablemente haría paisajes, y pintaría personas en las que proyectaría su alma, sus anhelos, toda una vida que en cierta manera pasa a ser real cuando nos enfrentamos a un blanco dispuesto a acoger, imágenes, letras, notas... La fantasía ocurre y nos libera, pero a ella ya no.
Le gustaría odiar el tacto de las sábanas pero apenas las siente, hace tiempo que está tumbada, hay cambios de posición pero apenas varían su perspectiva del mundo. Un mundo en el que tiene que llevar pañales, en el que a veces se atraganta con la comida, un mundo que fue desapareciendo a medida que se fue quedando sin vista.
Pero lo más duro es pensar cada día, querer huir de una vida que ya no es, de un cuerpo que no es el propio, del dolor diario de ese que no se alivia con pastillas. 
Las lágrimas de vez en cuando son la mejor forma que tienen de expresarse pues su habla torpe no alcanza.
Y un buen día lo sientes, hay un ángel a tu lado que te ha estado cuidando durante décadas, un ángel que ha estado a tu lado sin descanso, con momentos mejores y peores, pero teniendo la capacidad de abrigarte en los momentos más fríos, de iluminar tu cara con una sonrisa a pesar de todo. Porque siempre estaba ahí... cuando las malas noticias fueron llegando, cuando se te tenía que lavar, cuando tenías que comer, cuando querías escuchar una historia, también cuando había que reír y estar contenta...

Porque los ángeles existen te prestó sus manos  para que pudieras llevar acabo un último acto de libertad, el más importante de tu vida, el que te daba ese descanso que llevabas tanto tiempo pidiendo. Unos tragos... difíciles como siempre o quizás como nunca, y por fin el descanso. 
No sabemos qué te dijo tu ángel de la guarda en esos últimos momentos, no sabemos cómo lo vivisteis, y tampoco hace falta. 
Solo queda la certeza de que trajo paz mucha paz, y quizás, quién sabe, en ese momento sentiste un calor reconfortante, quizás el miedo y el dolor dieron paso a una cierta calma, un calor te inundó el pecho y te sentiste viva, más viva que nunca, y más tranquila que nunca. Quizás respiraste  hondo mientras cerrabas los ojos, y seguías, más libre que nunca enfrentándote a ese gigante ya sin miedo al que ya habías vencido, inspirada por ese ser, ese ángel que siempre estuvo en los momentos más duros, cuando más lo necesitabas.

Los ángeles de las películas, de esa construcción que ha creado el catolicismo son fáciles de identificar, lo difícil es ver aquellos que son de carne y hueso, aquellos que están a nuestro lado a diario pero que no llevan un halo, alas ni una luz que los ilumine desde el cielo. 

Ángeles que nos quieren lo suficiente para dejarnos ser libres, para poder vivir, para poder morir.

Tuesday, January 22, 2019

Reflexiones sin contrato


Hoy podría gritar muchas cosas: que estoy cansado, que estoy emocionado, que me alegran los proyectos en los que me hallo, que estoy poco a poco resanando o que me harto de mí mismo casi a diario.

Alguien tendría que darnos las reglas del contrato, qué menos que llegar a un acuerdo para elegir cómo pasamos el rato en este mundo al que sigue sin importarle lo que nosotros queramos.
Quizás Dios ande por ahí tramando, pero se descuidó demasiados momentos en la vida de cada hijo que a este planeta ha dado, y lo que es peor, dejó a muchos completamente abandonados.
Tal vez el problema sea que no supimos negociar bien un pacto ahora cerrado y que nos ata en este páramo destartalado.
Pero lo más probable es que ni exista, así que mejor dejarlo.

Disfrutemos todo lo que podamos, hay ahí fuera demasiadas personas desahuciadas sintiéndose desamparadas vagando en la oscuridad de la rutina de trabajo en trabajo mientras unos pocos les hacen agujeros en los bolsillos de sus pantalones mil veces remendados. Miremos a nuestro lado, probablemente nos encontremos con la mirada de un hermano dispuesto a ayudarnos... si es que nos dejamos.

Pero esto no iba sobre los demás, se me había olvidado. Se trata de mí y uno de sus días en los que te paras a pensar en el camino transitado mientras todos los fantasmas del pasado parecen haberse aliado para darme otra noche de sueño atrasado.

Menos mal que tengo unas teclas y un pequeño espacio en el que hilar las reflexiones que va dejándome el destino.
Me consuela como un pañuelo marchito, por el paso del tiempo herido. Nació para abrazar a aquellas que nunca nadie quiso: las lágrimas, esas amigas infalibles que se encuentran igual en los momentos felices y en aquellos en los que desearíamos no estar vivos. Fijémonos en los niños ellos las usan a menudo y parecen estar más cuerdos que los adultos que les instruimos.

Perdón por la verborrea pero es que hoy me reencontré miles de castillos. Estaban suspendidos en el aire fruto de los delirios que nos meten desde críos: por aquí un poco de amor romántico, por allá la fantasía de la libertad en un Occidente reaccionario, sin olvidarnos del todos somos iguales imaginario. Construimos un mito y ahora a ver quién es el listo que escribe uno más sencillo.

Vaya día, ¿eh? Mejor darlo por terminado, yo me retiro ya que mañana habrá que seguir luchando, mientras recuerden llorar si es necesario y ante la duda, sonrían, quizás le cambie la vida a alguien, así que vale la pena intentarlo.

Wednesday, January 16, 2019

No soy de los que...


No soy de los que se compromete con el fracaso
ni de los que empiezan algo sólo por pasar el rato
así que entenderás mi frustración y mi desacato
pues mi mente se niega a dejar que el olvido te deje de lado.

Tampoco pretende ser esto un paño de lágrimas
en el que verter un conjunto de palabras vacías
y que otras ánimas que se sientan solitarias
puedan regodearse en la autocomplacencia para sentirse vivas.

Esto es más un manifiesto político
en el que dialogo otra vez más conmigo mismo
para intentar entender los motivos
por los que sigo recorriendo tu camino.

He hecho de Sísifo un mito al que adorar
ya sea por el griego original
o por el de Camus, ¡qué más da!
yo sigo empujando esta roca que no para de rodar.

El hombre absurdo intentando no pensar
ambiente esperpéntico como en una obra de Valle-Inclán
noches demasiado largas en soledad
con pintorescos personajes que vagan sin estar.

Me prometo que estas son las últimas palabras
con las que cierro este capítulo que no acaba
retirándome a mi particular Moriah, entre las montañas
esperando clemencia y que por fin reine la calma.

Qué ironía, la conclusión después de meditarlo
es que quizás sí me comprometo. Con el fracaso.

Monday, January 7, 2019

Porque escribo

A veces me preguntan que por qué escribo
al menos el mismo número de veces no sé qué responder.
Probablemente una mirada al aire,
un tímido tartamudeo consigan salir de mi boca.
Se hace un silencio más largo o más corto
pero siempre incómodo.
Así es mi respuesta.

Quizás sea esa la verdad.

Escribo por esas miradas al aire
que a veces pintan versos
y otras hacen que corra sangre.
Por esos tímidos decires que ocultan mensajes
que son tan compresibles y transparentes.
Porque hay tantos "me he acordado de ti"
que esconden un "como siempre desde que te vi".
Porque (¡¿por qué?!) hay tantos amigos que no lo son
y tantas parejas que no lo son (¡¿por qué?!).
Hay tantas veces que no lo vemos
que cómo no intentar gritarlo dejándolo por escrito.
Porque escribir también es eso
aunque sea algo liviano como un verso,
es elevar la voz por encima del consenso.

Con mi vaga respuesta soy más sincero
de lo que quiero... y pienso.
Y pensándolo bien puede que esas respuestas sin tiento
se aproximen a lo que siento.

Escribo para escucharme,
escribo para enfadarme,
escribo para echar de menos,
escribo para olvidar,
escribo para viajar mientras existo.

Tantas veces me lo han preguntado,
casi tantas como las que me ha dado igual.
Y sin embargo desde que me lo preguntaste tú
escribo (sobre todo) para decirte que no te olvido.
Para conscienciarme
de que existe la verdad pero no lo cierto.
Que no todo es transitar
y que aún puedo pensarme de formas distintas.

Escribo porque vivo.
Vivo, porque escribo.
Escribo porque escribo.